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Juro por la estrella cuando se oculta.
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Vuestro compañero no se extravía ni se equivoca
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y no habla conforme a su deseo,
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sino que es una inspiración que se le revela,
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que se la ha dado a conocer el poseedor de una fuerza extraordinaria,
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dueño de una gran inteligencia, que se manifestó
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en el horizonte más elevado.
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Luego, él se acercó hasta estar muy próximo,
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hasta estar a una distancia de dos arcos o más cerca.
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Y Él reveló a Su siervo lo que le reveló.
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El corazón no ha mentido en lo que vio.
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¿Discutiréis, pues, con él sobre lo que vio?
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Y, ciertamente, él lo vio en otra ocasión
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junto al Loto del Límite,
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cerca del cual está el Jardín de la Morada,
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cuando cubrió el Loto aquello que cubrió.
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No se desvió la mirada ni se equivocó.
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Ciertamente, vio algunas de las grandes señales de su Señor.
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«¿Habéis visto a Al-Lat y a Uzza
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y a Manat, la tercera de ellas?
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¿Acaso son para vosotros los varones y para Él las hembras?
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¡Eso sería entonces un reparto injusto!
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Ellas no son más que nombres que vosotros y vuestros padres habéis puesto. Dios no ha hecho descender para ellas ninguna autoridad.» Ellos sólo siguen conjeturas y los deseos de su ego aunque, ciertamente, ha llegado a ellos la guía de su Señor.
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¿Acaso obtendrá el ser humano lo que desea?
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A Dios pertenecen la otra vida y la primera.
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Y ¿Cuántos ángeles hay en los cielos de cuya intercesión no podrán beneficiarse en absoluto excepto después de que Dios de su permiso para quien Él quiera y del que esté satisfecho?
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En verdad, quienes no creen en la otra vida dan a los ángeles nombres femeninos
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aunque no tienen ningún conocimiento de ello. Sólo siguen conjeturas y, en verdad, las conjeturas no sirven de nada frente a la Verdad.
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Así pues, apártate de quienes se alejan de Nuestro recuerdo y no desea más que la vida mundanal.
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Éste es el límite del conocimiento que ellos pueden alcanzar. En verdad, tu Señor es Quien mejor conoce a quien se extravía de su camino y es Quien mejor conoce a quien se guía.
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Y a Dios pertenece lo que hay en los cielos y en la Tierra, para retribuir a quienes hacen el mal por lo que han hecho y recompensar a quienes hacen el bien con lo mejor.
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Aquellos que se abstienen de los grandes pecados e indecencias, excepto los pecados pequeños. En verdad, tu Señor es muy perdonador. Él es Quien mejor os conoce desde que os creó de la tierra y desde que erais fetos en los vientres de vuestras madres. Así pues, no os vanagloriéis. Él es Quien mejor conoce a quienes son temerosos de Dios.
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¿Has visto a quien da la espalda,
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da poco y es tacaño?
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¿Acaso posee el conocimiento de lo que está oculto a los sentidos y ve?
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¿O no ha sido informado de lo que hay en los escritos de Moisés
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y de Abraham, el cual fue leal,
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sobre que nadie cargará con la carga de los pecados de otro
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y que nada pertenece a la persona excepto aquello por lo que se esfuerza
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y que pronto se verán las consecuencias de su esfuerzo,
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que, luego, será recompensado por ello con una recompensa completa
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y que el destino final es hacia tu Señor
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y que es Él quien te hace reír y llorar
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y que es Él Quien da la muerte y da la vida?
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Y que es Él Quien ha creado las parejas, el macho y la hembra,
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de una gota cuando se eyacula,
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y que sobre Él recae la segunda creación,
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y que Él es Quien da la riqueza y la mantiene.
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Y que Él es el Señor de Sirio
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y que Él es Quien aniquiló a los primeros Ad
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y a Zamud sin dejar a ninguno
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y, anteriormente, al pueblo de Noé? -En verdad, ellos fueron los más opresores y los más rebeldes-
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Y a aquellos que destruyó poniendo lo de arriba abajo
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y cubriéndolas con lo que las cubrió.
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¿Cuál, pues, de las mercedes de vuestro Señor pondréis en duda?
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Éste es un amonestador como los amonestadores primeros.
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Se aproxima lo inminente.
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Nadie, aparte de Dios, puede librar de ello.
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¿Acaso os sorprenderéis de estas palabras?
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¿Y reiréis y no lloraréis,
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permaneciendo distraídos?
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Así pues, ¡Prosternaos y adorad a Dios!