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Ha, Mim.
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Juro por la Escritura clara
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que, en verdad, la hicimos descender en una noche bendita. En verdad, siempre hemos sido amonestadores.
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En ella se detallan de manera diferenciada todos los asuntos establecidos.
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Asuntos que proceden de Nosotros. En verdad, Nosotros somos Quienes la enviamos.
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Una misericordia de tu Señor. En verdad, Él es Quien todo lo oye, Quien todo lo sabe.
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El Señor de los cielos y la Tierra y de lo que hay entre ambos, si es que tenéis certeza.
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No hay más dios que Él. Da la vida y da la muerte. Es vuestro Señor y el Señor de vuestros primeros padres.
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Pero ellos dudan y juegan.
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Así pues ¡Espera el día en que el cielo traiga un humo evidente
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que cubra a la gente! «¡Esto es un castigo doloroso!
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¡Señor nuestro! ¡Aparta de nosotros este castigo! ¡Creemos!»
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De qué les servirá el recuerdo si ha venido a ellos un Mensajero claro
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y se han apartado de él y han dicho: «¡Es un loco al que otros han instruido!»
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En verdad, apartaremos un poco el castigo, pero vosotros reincidiréis.
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El día que les ataquemos con la gran violencia, nos vengaremos de ellos.
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En verdad, antes que a ellos pusimos a prueba al pueblo del Faraón y vino a ellos un noble Mensajero:
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«Someteos a mí, siervos de Dios. En verdad, yo soy para vosotros un Mensajero digno de confianza.»
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«Y no os rebeléis contra Dios, pues he venido a vosotros con una autoridad evidente
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y me refugio en mi Señor y vuestro Señor de que me lapidéis.
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Y si no creéis en mí ¡Apartaos!»
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E imploró a su Señor: «¡Este es un pueblo de malhechores!»
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[Dios le respondió:] «Ponte en marcha con Mis siervos durante la noche, pues seréis perseguidos,
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y salid del mar con calma. En verdad, ellos son un ejército que será ahogado.»
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¡Cuántos jardines y fuentes dejaron atrás!
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¡Cuántos campos de cultivo y bellas mansiones
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y bendiciones de las que disfrutaban!
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Así fue. Y se lo dimos en herencia a otro pueblo.
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Y ni los cielos ni la Tierra lloraron por ello. Y no se les hizo esperar.
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Y salvamos a los Hijos de Israel del castigo humillante
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del Faraón. En verdad, él era altivo, de los transgresores.
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Ciertamente, con conocimiento, les elegimos sobre todos los pueblos
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y les dimos señales con las que les pusimos claramente a prueba.
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En verdad, ellos dicen:
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«Sólo moriremos esta primera vez y no seremos resucitados.
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¡Haced volver a nuestros padres si es verdad lo que decís!»
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¿Son ellos mejores o el pueblo de Tuba y quienes vivieron antes de ellos? Nosotros les destruimos. En verdad, eran malhechores.
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Y no hemos creado los cielos y la Tierra y lo que hay entre ambos por juego.
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No hemos creado ambos sino con la Verdad, pero la mayoría de ellos no saben.
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En verdad, el Día de la Diferencia será el momento de encuentro de todos ellos.
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El día en que un amigo no podrá beneficiar a otro amigo y no serán auxiliados
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excepto aquellos de quien Dios tenga clemencia. En verdad, Él es el Todopoderoso, el Clementísimo.
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En verdad, el árbol de Saqqum
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será el alimento del pecador.
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Como metal fundido hirviendo en las entrañas
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como hierve el agua hirviente.
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«Atrapadle y arrastradle en medio del Infierno
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y luego arrojad sobre su cabeza el castigo hirviente.»
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«¡Prueba! ¡En verdad, tú eres el poderoso, el noble!
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Esto es aquello de lo que vosotros dudabais.»
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En verdad, los temerosos de Dios estarán en un lugar seguro
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entre jardines y fuentes
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vestidos de sedas y brocados, unos frente a otros.
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Así será. Y les emparejaremos con huríes de grandes ojos.
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Solicitarán allí todo tipo de frutas y estarán seguros.
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Allí no probarán más muerte que la muerte primera y estarán a salvo del castigo del Infierno.
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Es un favor que procede de tu Señor. ¡Ese es el triunfo inmenso!
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En verdad, lo hemos facilitado en tu lengua para que, quizás así, se dejen amonestar.
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Así pues ¡Espera! Que ellos también están a la espera.